Llego al centro del imperio, poco queda de lo que fue
Sin sus templos, creencia impuesta, la historia se alteró
El oro envuelve sus iglesias sobre suelo sagrado
Las ruinas muestran por un momento la gloria del ayer

Las vías entran en la montaña rumbo a la ciudad oculta
La selva guarda el tesoro intacto hasta hoy

Un río alimenta los secretos del mundo antiguo
De sus restos emerge el alma que nunca fue sometida

Amanece y el sol calienta al llegar a la cima
Camino entre las piedras blancas a la roca sagrada

Un cóndor sobrevuela, el puma observador
La serpiente se desliza hasta entrar al infinito